Gaspard Dassonville tiene 63 años, pero vive como si fuera joven. Es un famoso productor de TV, colecciona novias treintañeras y se niega a reconocer signo alguno de envejecimiento. Así las cosas, Gaspard se ve obligado a acoger en su casa a su padre, que ya no puede vivir solo, pero el indómito anciano fastidia los juveniles planes de su hijo. La llegada de Zana, una extravagante cuidadora de imaginación galopante, acaba enfrentando a padre e hijo, pues cada uno a su manera se siente atraído por ella.