Ambientada simultáneamente en dos mundos paralelos, un Londres contemporáneo, y una sociedad futura donde la fusión del Estado y la Iglesia ha acabado imponiendo una fuerte doctrina, Phillippe interpreta a Preest, un detective enmascarado, el único ateo de este universo fantástico cuya máxima meta es librar a sus ciudadanos de cultos y sectas.